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Mejor así

El amor tiene sus cosas. Cosas peculiares, me refiero. La más, sin duda, ocurre cuando alguien se siente enamorado y, al mismo tiempo, piensa, intuye o sabe que lo mejor es vivir simplemente así. Simplemente así, sin más, sin intentar conquistar a quien ama, sin hacerse ver, dejándolo pasar. Enamorados, sin hacernos siquiera una vaga idea de lo que sería de nosotros si no tuviésemos cerca a la persona amada pero al mismo tiempo alejados conscientemente el uno del otro. Porque no se puede estar juntos. Sin rozarse, sin tocarse, sin dar tregua a las chispas que inevitablemente saltarían cuando uno de los dos naufragara en el océano de los ojos del otro. Sin dejar sin embargo de pensar en la otra persona, sin poder vivir sin ella o él pero cuidándose de llegar a más.



Es mejor vivir así, dice la canción, locamente enamorados, locamente separados, locamente juntos. Recreándose en la felicidad de este amor sin sentido, sin principio y sin final; sabiéndonos o creyéndonos con demasiada inocencia a veces merecedores de un lugar en su corazón por ínfimo que sea. Regalando el nuestro como si no lo necesitáramos para seguir viviendo. Como si, por estar precisamente enamorados, el mero hecho de saber de la otra persona, de verse de tanto en tanto, de cruzarse por la calle, de verla a través de la ventana, etc., fuese razón más que suficiente para vivir felices. Colmados. Conformados. Felices dentro de la conformidad. Sabiendo que está pero que lo mejor es no intentar nada, no hacer nada, no dar ningún paso, dejarla pasar. Sabiendo que será un amor inolvidable pues, aunque no se pueda vivir con él, tampoco nos deja vivir sin él. Vivir sin saber muy bien qué está pasando, por qué esto, por qué ahora, qué sentido tiene, cuál es la razón de tamaño sinsentido y por qué a nosotros; y preguntándonos qué sería de nosotros si la otra persona no estuviera a nuestro alrededor.

Un amor imposible, incongruente, inconveniente, perjudicial para ambos o para algunos de los dos. Un amor donde lo peor sería estar juntos, un amor para hacerse daño, para desgarrarse el alma, para no dejar que pase y para no librarse nunca de él. Un suplicio de amor. Un amor que se convierte en condena.

10 guarrindongos tienen algo que decir:

Hay que luchar por los amores queridos.
Besosssssssss

2 de febrero de 2011, 7:24  

Jota,esta entrada tiene mucha miga.Sería un sinvivir,una angustia que te mata lentamente ,una dolorosa agonía.Querer y no poder...una vez me ocurrió y no se lo deseo a nadie,totalmente en serio.Muy doloroso.
Besitos Jota.
PD:Luego vengo otro rato.

2 de febrero de 2011, 7:45  

Como diría la canción, una dulce condena, pero hay amores así que no puedes olvidar que tus pies te impiden alejarte pero tampoco puedes acercarte demasiado es como una goma elastica que cede y se acerca.Esos amores,,,
Preciosa entrada,
Un besazo

2 de febrero de 2011, 9:12  

NEFERTITI.

Hay veces que es imposible, que o no se puede o no conviene por el daño que va a hacer o que es mejor dejar las cosas como están y dejarlo pasar.
Un beso.

2 de febrero de 2011, 13:14  

MORGANA.

Tú que lo has vivido lo sabes bien y lo entiendes, es doloroso, terrible, incomprensible, pero es lo que hay. Y o te conformas o le pones un lazo y bailas, jajaja.
Besos!

PD: Aquí te espero.

2 de febrero de 2011, 13:15  

CAPERUCITA.

Sí, son amores contradictorios, un querer y no poder, un tira y afloja, un estoy y no estoy, un ni contigo ni sin ti. Un jaleo, un lío, una incongruencia, un horror. Pero como algo irracional, el amor a veces provoca este tipo de situaciones que no entendemos bien.
Gracias.
Besos.

2 de febrero de 2011, 13:16  

Besitos de cielo.
:D

2 de febrero de 2011, 15:31  

Que amiguitos sois hoy...

Mañana te comento que estamos haciendo deberes.

2 de febrero de 2011, 19:39  

Jota quería mandarte un mensaje por facebook, pero no me deja abrir la página.
Este domingo no tengo nada, cualquier cosa me llamas por teléfono.
Besossssssss

2 de febrero de 2011, 21:28  

Hola Jota. Me despego un par de días y cuando vuelvo me haces pensar. Ufff
Hablas de unos amores de los de toda la vida, de los que duran siempre, y que siempre nos hacen sufrir.
Pero yo creo que forman parte del ambiente, sabiendo que son absolutamene únicos.
Dolorosos. Mucho. Y sobre todo que te hacen sentir idiota, porque realmente, nunca sabes qué hacer y no te lo puedes quitar de la cabeza ni lo que es peor, del corazón.
Tuve la suerte de ver a Martirio en una actuación en directo. Y se le puede aplicar perfectamente la expresión de que es un "animal de escenario". Genial, fantástica. Me gusta muchísimo

Un beso

3 de febrero de 2011, 9:53  

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