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Esta noche.

Esta noche tardé en conciliar el sueño. Y eso que sueño, lo que se dice sueño, tenía. No es que hubiese cenado mucho y me encontrase empachado, ni que estuviese desvelado por efecto del café o porque quisiera comenzar los rezos previos a la Semana Santa.

Es que estaba horrorizado después de un día en el que pude ver por televisión los destrozos -o parte de ellos- que ha provocado el terremoto y posterior tsunami en Japón. Entre ellos, aparte de los miles de muertos, desaparecidos y coches, calles, ríos y casas que desaparecían y eran barridos al paso de las olas que sumergían la superficie de la isla, el accidente ocurrido en el central nuclear de Fukushima.

De repente, sentí como si estuviese en Japón o como si Japón fuese las islas Baleares en cuanto a cercanía y ese escape nuclear me hubiese afectado, me hubiese contaminado y me hubiese dejado sin futuro, sin vida, sin poder tener hijos, sin nada. Destrozado para toda la vida. Contaminado. Muerto en vida. Y yo sin poder hacer nada para evitarlo, sin que nadie me fuese a resolver mi problema, sin poder reclamar a nadie. Sabiendo que la posible indemnización no me iba a curar, ni a limpiar. Jodido.

El hecho de verte a ti mismo ante esa catástrofe televisada, empatizar con esas personas que salen en la pantalla, ponerte en la piel de su desgracia, ver esas caras de horror, gente muriendo o que va a morir inevitablemente, gente perdiendo en tres segundos todo lo que tienen y/o han conseguido en esta vida, es, aparte de un espanto, una de las mejores terapias que se pueden hacer. Que aquí estamos de prestado, que da lo mismo un piso aquí o allá, grande o pequeño, apartamentos en la playa, casas en el pueblo, ser la primera potencia del mundo o el último mono, un coche de lujo o un cuatro latas, recuerdos y fotos guardados en cajas de latón que nunca o casi nunca se abren, cosas absurdas que se guardan en armarios y casas por si alguna vez tenemos que echar mano de ellas, joyas y demás enseres innecesarios. Que todo ello no nos vale. Que no somos nada de eso.

Porque no somos nada, no valemos nada y ante ese argumento, agrandado estos días por una catástrofe como la de Japón, recobra todo su sentido aquella tan sobada y deslucida frasecilla de que lo mejor es andar ligeros de equipaje, con los mínimos enseres posibles, con las menores necesidades, simplificando esta vida al máximo, haciéndola liviana y sencilla, sin amasar dinero o propiedades porque ninguna de esas cosas nos van a servir para nada, ni para llevárnoslas con nosotros al más allá. Sin tantas ataduras materiales.

Para qué me sirve un móvil de última generación, el mejor portátil, un coche GTI o el piso más caro de toda España si nada de eso es mío, ni me lo voy a poder llevar a ninguna parte. Si lo mismo esta tarde ya no estaré aquí y nada de eso me va a servir ni para vivir mejor, ni para vivir más, ni para escaparme de lo que la vida me tenga preparado en un futuro.

14 guarrindongos tienen algo que decir:

No fuiste el único que te sentiste así.
Fue escalofriante oir, ver las imágenes del horror.
De que sirve tener que? Cuando logremos comprender que en verdad somos dueños de nada.Que todo es pasejero y que nada es lo que nos llevaremos al otro lado, puede ser que vivamos más relajados.
Excelente post.Tristísima realidad.
Saludos

12 de marzo de 2011, 14:47  

Ante tanta tragedia y dolor todos somos iguales..no importa el cuanto tenemos !.. SI importa el como somos!.. Nuestro planeta no se estara quejando ?
Besitos JotaEfe..( todabia continuo paralizada e impotente frente a la TV mirando sin saber q. hacer. ) Salu2 Emy.

12 de marzo de 2011, 17:16  

Me quedé mal cuando vi las imágenes del terremoto y de la gran ola esa de barro que se llevaba todo.
Pero al oir lo de la central nuclear, ya me quedé de piedra.
¿Japón está marcado por los desastres nucleares, obligatoriamente?
Pobre pueblo.
Y eso que es de los ricos, que si eso ocurre en cualquier otra parte, no queda ni la muestra.
Pero tus reflexiones son claritas. Nacemos solos y desnudos, y nos morimos igual.
Eso nos iguala a todos. Da igual lo que hayas sido, o lo que hayas hecho, que lo único que te llevas es lo que hayas vivido.
Y de todo lo que dejes aquí, lo único que vale es el recuerdo que los demás tengan de uno.
Así que la moraleja es que tenemos que intentar ser mejores cada día y no preocuparnos demasiado por lo demás.
Cuando yo digo que siempre tengo la maleta hecha, se ríen de mí.
Pero eso lo decidí hace dos años y para mí es absolutamente real.
Oye, y qué tranquilidad entra.

Un beso. (No sé cual será tu dieta últimamente, pero estás sembrao, amigo)

12 de marzo de 2011, 23:18  

Me sentí impotente cuando vi tal catástrofe y me dolió en el alma. También pensé en ello, "que nada somos".
Sabes? Muchos nos ocupamos en atesorar cosas, como coches, casas, joyas y...para qué? Porque cuando nos vayamos al campo de los callados, nos iremos de vacío y dejaremos todos nuestros dominios aquí. Por ello creo que debemos disfrutar más las pequeñas cosas de la vida y apoyarnos en lo que tenemos, sin esas ansias de querer más.
Te mando mil besos

13 de marzo de 2011, 0:04  

RESPIRANDO.

Nos afanamos en tener y poseer y luego, cuando nos vamos, no solo no nos llevamos nada. Es que los herederos, sin entender lo importante que para nosotros eran todas esas cosas que nos rodeaban, las venden y se las quitan de encima. Total, que aquello que provocó tantos desvelos desaparece y aquí cada uno a su avío.
Si, al menos, supiéramos vivir bien!!
Besos.

13 de marzo de 2011, 0:17  

EMILIA.

Yo también estoy muy impresionado y veo que ocurrió en uno de los países más ricos del mundo y que a pesar de los muertos se repondrá enseguida. Hoy he visto imágenes de esos rascacielos que puede decirse que no han sentido el terremoto y de coches y autobuses ya circulando por las calles. Debe ser un país que se repone enseguida de esas catástrofe, seguramente de ahí le venga el motivo de por qué están de los primeros del mundo.
Saludos.

13 de marzo de 2011, 0:18  

PARKER.

Exactamente. Solo te llevas lo vivido y solo dejas el recuerdo y lo que hayas vivido con los demás. El resto de cosas se quedan aquí, se venden, desaparecen, se rompen o se eliminan. Pero no te las llevas ni te resuelven ninguna papeleta en nuestro peregrinar hacia no sabemos dónde..., me refiero al más allá, jaja.
Hay que tener siempre la maleta hecha y, sobre todo, llena de buenas cosas, de un buen legado, que será lo único que quede de nosotros.

PD: No estoy haciendo ninguna dieta, jeje, será la inspiración. Besos y gracias!

13 de marzo de 2011, 0:22  

PRINCESA.

Así debería ser. Me gusta esa definición del campo de los callados. Los que se quedan vivos estarían, pues, en el campo de los parlanchines. Y tan parlanchines que a veces se pegan por las herencias y los enseres que dejan los difuntos, jajaja, porque no aprendemos, ni tenemos remedio.
Besos de leche con galletas¡¡

13 de marzo de 2011, 0:25  

Vivimos en un mundo muy globalizado y que nos empuja al consumismo desmedido. La gente ya no compra lo que necesita, sino lo que la publicidad y la sociedad le dicen que necesita. (estado 3 años estudiando empresa, algo d esto se xD)

Lo de Japón pone los pelos de punta, eso no hace falta ni decirlo, pero si lo piensas bien es que es aún peor... si un país tan preparado y tan avanzado a sufrido de esa manera... ¿que le queda al resto?

Visto lo visto los últimos años la profecia del 2012 no se me hace tan estúpida.. es más, haber si llegamos.

El eje de la Tierra se ha desplazado otros 10cm y la rotación tb se a visto afectada... ésto empieza a ser preocupante.

Espero que hoy pases mejor noche. Un bso.

13 de marzo de 2011, 1:11  

A mí como que ya estos desastres no me quitan el sueño, sino otros, pero si que debo reconocer que me impresionó mucho por la magnitud del hecho,pero es lo que hay en la vida.
No somos nada de nada y debemos dar las gracias por tener un techo, poder comer y vivir o sobrevivir y tirar ahcia adelante, auqnue es muy difícil desvincularse de lo material,porque hoy por hoy e inmersos como estamos en la era del capitalismo sin dinero y posesiones no somos nada tampoco.
Y visto y comprobado los datos y los hechos, queda resuelto el caso¡

13 de marzo de 2011, 13:18  

NIEVES.

Si llega a ocurrir lo mismo en cualquier país del llamado Tercer Mundo no habría quedado ni la muestra.

La verdad es que no estoy muy pendiente de eso del fin del mundo en 2012, ni tampoco entiendo de desplazamientos del eje de la Tierra, y tampoco quiero entender mucho, que a mi eso me asusta. Y se acaba esto en 2012, pues mira, un problema menos, jajaja.
Besos.

13 de marzo de 2011, 14:13  

CUÉNTAME UN CUENTO.

Está claro que no nos podemos desprender de lo material, algo necesitamos para vivir. Si acaso lo mínimo. Todo eso son ataduras que hacen sufrir y cuando te las quitas de encima hasta te quedas mejor. Lo digo por experiencia, porque acabo de pasar por ello. Y mi pretensión es vivir con lo justo y necesario de ahora en adelante.
Besos.

13 de marzo de 2011, 14:16  

GRACIAS POR TODO.BESOS.

14 de marzo de 2011, 0:29  

A mí estas desgracias me dejan fatal, no lo puedo remediar, iba a escribir sobre ellos, pero el dichoso frío me ha tenido mala de la garganta. Las cosas materiales son necesarias (algunas) pero está claro que ante una desgracia como esta, te das cuenta que no te sirven de nada. Besitos,

16 de marzo de 2011, 20:02  

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