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Les voy a contar otra historia. Sí, de esas que solo me pasan a mi como el terrible y sin par hecho de que, como ya leyeron, un servidor se tuvo que ir a topar con el a buen seguro único bajo hombro con mostacho de toda la calle Preciados hace hoy, justamente, una semana. Hecho de infausto recuerdo.

Me encontraba yo esta tarde estudiando como de costumbre cuando, de repente, como suele pasar con estas cosas, suena el teléfono. Nadie te avisa de que va a sonar porque si no perdería su aquel. Y sonaba sin parar. Yo, como digo, estaba centrado en un asunto muy importante y no me gusta que la gente me interrumpa porque luego me cuesta retomar el hilo en el punto donde se quedó, no recuerdo las ideas que tenía en la cabeza antes de que sonara el teléfono y me trastorna cantidubi. Pero, como el gracioso/a que llamaba no dejaba de dar por culo, decidí cogerlo. Y resulta que era mi amigo..., llamémosle X. Más que amigo, conocido de los tiempos de la facultad con el que hablo de higos a peras exclusivamente por teléfono pues evito quedar con él por la razón que ustedes alcanzarán a entender rápidamente.

Comenzamos a hablar, me pregunta qué tal estoy, si estoy aquí o en Cartagena y, sin más preámbulos, me suelta que si sé lo que es la JMJ. Sí, señores, en efecto, es del Opus Dei. Por eso guardo con él todas las distancias posibles y con escucharle por teléfono me sobro y me basto. Pero a él no le bastan pocas palabras, ni los hechos contundentes, no es buen entendedor, cree que el que la sigue la consigue y lo cree a pie juntillas porque, de otro modo, habría desistido hace tiempo de reclutarme para el Opus o, al menos, de usarme para conseguir puntos en esa escala de puntos para entrar en el Cielo por la puerta grande que ellos tienen según capten gente para la Obra o atraigan incautos a actos religiosos o espirituales promovidos o participados por ellos. Es un pelma. Y a él tres cojones que le importa. El caso es salvar al personal.

Pues bien, con eso de la JMJ, un nombre muy discotequero por cierto, se refería a las Jornadas Mundiales de la Juventud que por suerte o por desgracia se celebrarán la semana que viene en Madrid, visita del Papa de rigor y puesta de una ciudad patas arriba en nombre del Altísimo. Por si nos faltaba algo en Madrid, viene el Papa. No hace falta ya que para la abuela. Madrid y los españoles necesitamos a gritos que venga a pontificarnos sobre esto y aquello por si estuviésemos poco pasados de rosca ya, poco jodidos, poco hartos de cuentos y moralinas, de vuelta de todo.

Claro, imagínense. Los del Opus están que se les hace el culo Pepsi-Cola con la visita. Y este me llamaba para tantearme, para ver dónde iba a estar yo y si me podía captar como participante en algún evento o, mucho mejor, como voluntario o palmero del Papa.

Yo le he dicho que sí sabía lo que era la JMJ. Si le hubiese dicho que no, me habría dado lo mismo porque se habría puesto a explicármelo, sorprendido aun por el hecho de que no se lo que es un evento de esas características. Él, a su vez, me ha preguntado si tenía pensado ir y yo le respondí con un no rotundo. Tan rotundo que ya habré sido obsequiado con una parcelita en el infierno. Y, entonces, empezó el raca, raca, a dar la matraca.

-Te invito a una Misa con el Papa, ya verás cómo lo vamos a pasar bien, vamos a darlo todo, a vivirlo, será inolvidable, me dice.

Yo no daba crédito. ¿Me estaban invitando a una Misa?, ¿Pero qué mal he hecho yo en alguna de mis vidas pasadas para que me llame un tío para llevarme a Misa y no una tía para llevarme al huerto? Si yo estoy más que salvado aunque no quiera estarlo pues por no meter, no meto ni miedo. ¿De qué cojones va la vida?, ¿Ir a Misa a pasarlo a bien, a darlo todo, a vivirlo?, ¿Pero dónde es la Misa, en la Cibeles a pleno sol de agosto o en Pachá Ibiza? Todas esas preguntas se agolpaban en mi cabeza al tiempo que el estupor subía tanto como la prima de riesgo española. Y, entonces, contesté:

-No, no puedo, no sabes cuánto lo siento. Tengo el examen en septiembre y no puedo hacer salidas de ese tipo.

-Rezaré por tu examen, me dice, solidario.

Reza por lo que te de la gana, pienso.

-Por mucho que reces, me temo que el Santo Advenimiento no va a venir a escribirme el examen que, por cierto, llevo preparando desde hace tres meses y que no voy a aprobar ni por las reliquias de Santiago Apóstol. Antes aparecerá el Códice Calixtino, ya lo verás.

-Joder tío, me espeta. Seguro que puedes sacar un rato, que viene el Santo Padre casi a la puerta de tu casa. Mira, eres un soso.

Yo ahí ya sí que perdí la noción de todo. ¿Me estaba llamando soso un tío que me llamaba para invitarme a una Misa que, como todos sabemos, es un planazo que te mondas de la risa, te partes el culo, te lo pasas bomba, una risa continua? Si consistiera, digo yo, en jugar al juego de la silla, en este caso del banco, al ritmo del Padrenuestro cantado o del Hosanna, Hosanna al Señor y el que se quedara sin sitio cuando se apagara la música se quedara sin comulgar o sin la bendición urbi et orbe, pues quizá lo vería divertido. Pero en el formato actual, las Misas son de todo menos divertidas, joder, no me vayan ustedes a defender lo indefendible. Así que, respondí:

-Soso tú, coño, que parece que me estás diciendo de ir a un concierto de rock o a una bacanal ibicenca, lo que es peor.

En ese momento, lógico, X montó en cólera. Eso de comparar al Papa con una estrella de rock debe ser pecado mortal y, muy ufano, va y me larga que me tenía por católico, que pensaba que yo era creyente y que -atención- he debido tener una infancia muy trsite como para no querer ir a ver al Papa. Y aquí ya me quedé gili total. No sé qué tienen que ver los cojones para comer trigo pero, a Dios gracias, mis padres no son los típicos "capillitas" místicos y santurrones, ni en mi niñez me llevaban a Iglesias o me comían el tarro con aquello de no poder juntarme con chicas porque son el pecado personificado para los hombres, como le pasaba a él en la facultad. Eso sí es estar enfermo. Y muy enfermo, además. Y, entonces, me pregunta:

-¿Es que no sabes lo que es una vigilia?

Y yo:

-Claro que lo sé. Yo las hago dos o tres veces por semana, velando los apuntes y los libros de la oposición hasta las 3 ó 4 de la madrugada y muy reconfortantes no es que sean.

-No, no, pero yo digo vigilias con el Papa.

-Pues aun más aburridas, afirmé categóricamente.

El pobre estaba escandalizado, escuchando a quien le habrá parecido un ateo redomado. Me dijo que necesitaba de alguien que rezara por mi porque me notaba "de vuelta de todo" -lo que no sabe él es cuánto estoy de vuelta de todo- pero que aquí estaba él para rezar e interceder por mi ante Dios. Y para que se quedara tranquilo le dije que, por las mañanas, tengo por costumbre recitar alguna jaculatoria. Él se quedó asombrado, me dijo que eso estaba muy bien para empezar el día con ánimo y obtener la fuerza del Padre para empezar con ánimo y energía el día y que cuáles me sabía, a lo cual yo respondí que mis favoritas son aquellas que dicen "ande yo caliente y ríase la gente" o "a mi prójimo quiero pero a mi el primero".

Y aquí terminó la conversación. Bueno, quedó en mandarme un mail con el planning de Misas de la JMJ para que, de acuerdo con mi horario cuartelero opositoril, me apuntara a la que pudiera. Que no tenía inconveniente en acercarse a mi casa y recogerme con su coche. Incombustible, el muchacho. Aunque solo sea por insistencia, este se tiene ganado el Cielo. A mi me daría cosa insistir tanto pero hay que reconocer que la salvación de la Humanidad no puede ser tarea fácil y máxime cuando, como en mi caso, la persona tiene la salvación al alcance de su mano y la desprecia.

6 guarrindongos tienen algo que decir:

Ves pensando en el chalecito que te vas a construir en esa parcelita que desde luego ya tienes ganada.

Mira que no querer ir a la misa del Papa...

9 de agosto de 2011, 11:51  

Te dejo un abrazo enorme,lleno de energía positiva.
Besos.

9 de agosto de 2011, 14:11  

Y tuviste la santa paciencia de aguantar todo el rollo? Yo no lo haría, lo sé muy bien.
¿A misa a pasarlo bien? yo creía que era otra cosa. Pero cada uno se entretiene a su manera.
Cuando intentan catequizarme, y además en varias religiones, siempre me defiendo igual, que si Dios está donde dicen, seguro que me entiende, y si no está, pues yo también me entiendo.
Pero veo más lavado de coco que otra cosa.
En fin, qué penita, cuánto tiempo desperdiciado en un más allá del que nadie vuelve.
Como a mí me esperan, pues me da igual el cielo o lo que sea, yo con mi gente. Es al único sitio que quiero ir cuando me toque.

Me lo he pasado bien leyéndote, eres un sol.

Besitos.

9 de agosto de 2011, 22:31  

Jajajaaj, Jota...te imaginaba soportando el chaparrón, jajaja.
Pero cóm aguantaste tanto? Yo hubiera colgado a la primera.
Vamos, que te quería captar para llevarte a la secta, jajajja.

Venga ponte a estudiar que ya falta menos

Un beso grande

10 de agosto de 2011, 1:12  

Anoche vine, pero al ver que era una entrada larga, lo dejé para hoy, así te leía con más calma. Quiero que sepas que me encantó, tienes un humor muy irónico, me has divertido mucho. Ayer estuve yo en un funeral, el de este señor que apreciaba tanto, pero de eso a ir a la misa del Papa, te aseguro que haya un abismo. Yo también admiro el tesón de esta gente, tengo unos vecinos de barrio, los cuales son Testigos de Jehová, me asombra la constancia que tienen, así les tiren la puerta a la cara, yo respeto a todo el mundo, pero por favor que me respeten a mí. La verdad es que no me gusta tratar mal a nadie, pero hijo, si les dices que no te interesa, que te dejen en paz. La visita del Papa me tiene mala, ya lo he comentado, que pena de gasto, todo el bien que se podría hacer con ese dinero. En fin mejor cambiar de tema.
Espero que estés mejor, hace tiempo que no me cuentas como sigues. Un besote fuerte.

10 de agosto de 2011, 13:41  

La verdad es que me la comen pero muchisimo todas estas gentes del Opus Dei o de cualquier congregación o religión, como los Testigos de Jehová, evengelistas y demás fauna.
Pero en realidad estan todos montados con sus casas y sus cosas.
Tu cruza la esquina cuando lo veas,jajajj

13 de agosto de 2011, 23:22  

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