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Elecciones.

La campaña electoral, que termina en unas horas por cierto, tal y como se ha planteado y desarrollado no ha sido más que una enorme basura intelectual. O sea, de ese tipo de cosas con las que todos pensamos que nos están tomando por idiotas.



Es realmente grave que el domingo, tal y como se estima, vaya a barrer en las urnas un partido de cuyo candidato apenas sabemos lo que va a hacer. O al menos a mí me lo parece así. Sí, sabemos que según él hay que hacer muchos esfuerzos. Pero cuidado no se lo vayan a hacer ustedes en los pantalones de tanto esfuerzo... Y también parece que van a hacer recortes en todas partes, van a derogar muchas leyes y la gente saldrá a la calle, según reza el cospedalismo bajo cuyo mandato España se hallará en los próximos cuatro años, si los mercados y los especuladores lo permiten. Que esa será otra canción que empezaremos a escuchar desde las 00.00 horas del 21-N. Pero, en principio, que este señor no anuncie recortes, ni congelación de pensiones, ni recortes en sueldos de funcionarios, ni recortes en sanidad ni en educación, etc., cuando desde Europa se nos lleva pidiendo desde hace semanas que recortemos más de 30.000 millones de euros causa, cuanto menos, hilaridad.



También es basura intelectual que se anule la opción mayoritaria contraria por el simple argumento de "por qué usted no lo hizo cuando estaba en el Gobierno". Pues muy simple. Porque los Gobiernos que se presentan a la reelección no pueden hacerlo todo en cuatro años (si no, no habría Gobiernos reelegidos, de cajón) y porque esta crisis exige que una semana se piense de un modo y a la siguiente del contrario y ni los gobernantes europeos se aclaren. No veo que sea un problema exclusivo de España. Si no, ni Sarkozy ni Merkel, cuando pretendan la reelección el año que viene, podrían presentarse: porque ya gobernaron y no hicieron lo que entonces pongan en sus programas electorales que van a hacer. Lo que les digo, basura intelectual.



Pero es de deficientes mentales pensar que con la sola presencia de un Gobierno de diferente color las tensiones financieras, la prima de riesgo y la confianza en España se van a recuperar. Y que a partir de ahí, el camino hacia el pleno empleo será una marcha continua y sin freno, animada con músicas celestiales. Porque van a estimular el empleo no se sabe cómo y a partir de ahí subirán las cotizaciones y, oiga, dinero para todos y olvídese usted de los recortes. Y si no que se lo digan a los griegos, a los portugueses y a los italianos y sus recién estrenados nuevos gobiernos, si les ha servido de algo cambiarlos por tecnócratas para relajar a los mercados y a los especuladores. Me temo que no. Para su desgracia.



Y que me tomen el pelo de esa manera me crispa. Y que vayan a barrer me crispa aun más, pues demuestra que mis compatriotas se venden a quien no les ha dicho lo que va a hacer para sacarnos de ésta. Y si el paro sigue subiendo y las tensiones no desaparecen, cosa que ya ha advertido la UE, ¿entonces a quién se encomendarán?



Y como el voto es responsable, o así lo entiendo yo, y hay que obrar en conciencia no pienso dárselo a un señor que no me cuenta cuáles son sus intenciones. Y que lo hace por estrategia electoral. Pues que sepa que esa estrategia es una basura y un engaño y no quiero que en un futuro que creo cercano me pese el voto que deposité en la urna el 20-N a su favor. Tampoco le encuentro demasiado sentido a votar a partidos que, por el actual sistema de reparto de escaños en el Congreso de los Diputados, apenas van a obtener representación parlamentaria. Sí, queda muy bonito todo ese discurso anti-bipartidista y es realmente bohemio pero también peligroso que algunos de esos partidos pequeños tachen de antidemocrático el bipartidismo. Porque, señores, no estamos en la época del encasillado del Ministerio de la Gobernación, tal y como sugirió ayer la alcaldesa de Valencia. Otra que tal baila. Si éste fuera un país decente, esa señora habría dimitido ya por solo sugerir que el 20-N puede haber trampas en las elecciones. Y, qué quieren que les diga, no sé qué altera más la imagen de nuestro país y la prima de riesgo: si la actuación de los Gobiernos o los exabruptos de la oposición. O si las dos cosas.



Y si esos partidos pequeños obtienen representación será en todo caso insuficiente para combatir eso que llaman "el bipartidismo". No creo que estas sean las elecciones precisamente en las que dedicarse a experimentar con el voto. Apenas nada van a poder hacer ante una previsible mayoría absoluta del PP. Y me espanta la sola idea de que el PP acumule el poder del Estado, el de las Comunidades Autónomas y el de muchos Ayuntamientos de forma absoluta, sin que haya una oposición que puede contestarles. Eso no hay cuerpo que lo resista.



Por tanto, mi voto lo tengo más que claro.


votar

2 guarrindongos tienen algo que decir:

Y lo que me jode es la cara de satisfacción que tenían la gente del PP que había esta mañana en mi colegio electoral....

Veremos qué va a pasar, pero nos podemos ir sujetando los machos que vienen malos tiempos para los curritos.

20 de noviembre de 2011, 18:07  

Aunque tarde, te leí, ya España es Pitufa, estaba cantado, aunque yo no entiendo a la gente, mucho bla, bla, bla, pero a la hora de votar, se quedan en casita, esta vez no debería faltar el voto de nadie, pero si que faltaron. No creo que este señor dure los cuatro años, me da que esto no puede durar mucho, no se ha dicho una sola cosa creíble. Besitos.

23 de noviembre de 2011, 1:31  

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