Me gustaría saber qué harían ustedes en mi lugar. Verán, para dentro de un par de días tengo convocado un acto familiar fuera de mi habitual lugar de residencia. O sea, me tengo que desplazar unos cuantos de cientos de kilómetros para asistir a un curioso bodorrio.
Uno de los contrayentes es familiar mío, muy directo, lleva mi sangre y la de mi madre y abuela. A pesar de ello se trata de una persona a la que no aprecio y que, por otro lado, tampoco me ha querido nunca. Aunque sea de mi familia, nunca me ha manifestado cariño alguno y, ante esa tesitura, yo me limité desde niño a tragarle cada vez que me desplazaba de vacaciones con mi abuela. Dada la relación que tuvimos ella y yo, siempre me tuvo una envidia loca y me hizo ver escenas impropias para un zagal de la edad que yo tenía entonces. El caso es que por ir a estar con mi abuela, tenía que tragármelo a él con patatas fritas, año tras año, viaje tras viaje pero, después de su fallecimiento, juré en caliente no volver a verle en mi vida.
Pero no sé si será porque uno es bueno o, lo que es peor, gilipollas, pero me está empezando a machacar el remordimiento de conciencia. Pienso que seguro que mi abuela querría que fuera a verle de vez en cuando, aunque solo fuera saludarle media hora, y pensaría, de hecho, que no ir al acto es una falta de educación. El caso es que no me importa lo que haga con su vida el contrayente y no digamos la contrayente, venida para más señas de la tierra de la conga tumbadora y del carnaval.
Cuando pienso en él se me revuelve todo el cuerpo, por el daño cometido. Ahora, ausente mi abuela, se ha corregido, se ha vuelto sorprendentemente formal, es capaz de mantener una casa y hasta casarse. Lo nunca visto. Antes no se soportaba ni a sí mismo y extendió su tiranía por toda la casa. Quien entraba allí debía obedecerle a él, no a la dueña. Y si no, atenerse a las consecuencias. Así vivió mi abuela desde 1980 hasta 2008, que se dice pronto. Ahora hablas con él y todo está olvidado, no se acuerda de nada, va al cementerio dos veces por semana a rezarle a su santa madre, ayuda a las vecinas con la compra cuando no fue capaz ni de llevar a su madre al médico y yo, mientras tanto, doblado de rabia cada vez que me cuentan este tipo de cosas. Pero, en fin, parece que hace falta que la gente se muera para que las cosas cambien.
Pero con los propios, no con los de fuera, sigue sin llevarse bien. Los de la familia seguimos siendo los mismos de antes, omito insultos. Aun así, nos mandó invitaciones de boda y un número de cuenta para ingresarle el regalo, cosa que no he hecho, ni pienso hacer. El caso es que no sé si asistir o no por fidelidad al recuerdo de mi abuela y, de paso, pasearme por mi tierra y ver a la gente a la que verdaderamente quiero: mis queridos vecinos de allí.
Seguiré dándole vueltas, me imagino. Gracias por vuestros pareceres.
Pues yo que tu iría Juan y así ves que tal va la cosa por ahí y como dices visitas tu tierra, porque se ve que tienes ganas.A lo mejor es que se ha enmendado, aunque a mí si me hubiera pasado tu caso no asomaba ni el hocico.Un abrazo de Leo.
Anónimo dijo...
16 de septiembre de 2009, 12:49
Puff, ayer me enteré que tiene la casa de mi abuela patas arriba. La pintó de mil colores, ha tirado libros a porrillo y muchos cuadros que no le gustan los ha conseguido rescatar mi tía. Pero, claro, se los quedará ella...
Si voy, desde luego, no va a ser para verle, será para saludar a los vecinos y ver a mis primas, que son las que me importan, pero es que eso ya es lo que pensaba hacer en octubre.
No sé qué hacer. Maldita la gana que tengo que asomar el hocico en esa boda, Leo.
JotaEfe dijo...
16 de septiembre de 2009, 14:05
perdon por la intromision, pero yo he pasado un caso identico, casi, casi, Que si fui? Faltaria más.
DE regalo un jarrón brillantemente horroroso comprau en ZAragoza que llego destrozau!!!
me puse de comer y bebber como un cerdo !!!
Me estuve acordando de todas las batallitas y anecdotas de él en su niñes y le jodi la despedida de soltero!!!!
A la novia le pregunte cuanto haba cobrado por casarse con el ? todo regado de hipocresia y sonrisitas venennosas,
Menudos somos los deZaragoza cuando nos enfadamos!!!
Sobre todo yo!!!
Encima me lleve dos amigos gays por la patilla y mi ... se quiso morir!!!!
Añoro aquellos años de niñez que me jodio durante las vacaciones!!!!
Saludos si necesitas idea llama que te doy mas!!!
pero no te pierdas ese evento ...
el corazoncito dejalo en casa guardado por si aca
Fete dijo...
16 de septiembre de 2009, 20:50
Yo..la verdad es que no sé qué haría, si fuera sólo por la boda no iría supongo, pero si además te tiran otras cosas, quizás sea una buena oportunidad para ir y matar dos pájaros de un tiro, que el resto del año no puedes..
En cuanto al comportamiento en el dichoso evento, opino como Fete.. ironía, hipocresía y como dice la Pantoja, " dientes, que eso les jode " ( esta frase me la voy a hacer mia jaja ).
También puede ser que el chico haya cambiado.. que a veces los milagros pasan, quizás te lleves una grata sorpresa y todas estas rencillas queden obsoletas.
Hagas lo que hagas.. estará bien.( Supongo que a tu abuela le gustaría que fueras por lo q has dicho de la falta de educación, pero seguro te enseñó que lo mejor es ser uno mismo y guiarse por como un es siempre. )
Besote :)
una más... dijo...
17 de septiembre de 2009, 10:34
Lo secundo: ve, y mata dos pájaros de un tiro. No le des al pájarraco en cuestión el gustazo de saberte incómodo.
Cabeza alta, y dientes.
Pantoja rules!
R. dijo...
17 de septiembre de 2009, 16:38
Se me olvido decirte ayer que si es necesario te acompañamos todos en comandita y no veas que fiestaaa se arma!!!!!
Fete dijo...
17 de septiembre de 2009, 20:53
No estaría mal, Fete, así me lo pasaría indudablemente mucho mejor y evitaría la cara de ajo porro que se me suele poner en estos casos, jejje. Un abrazo.
JotaEfe dijo...
17 de septiembre de 2009, 22:00