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Otro día veinte. En este caso, del mes de Junio. Desde hace dos años y tres meses, los días veinte de cada mes son para mí más bien tirando a tristes, aburridos, melancólicos, dolorosos y un largo etcétera de penas y pesares. Los que me conocen bien lo saben perfectamente.

Pero hoy, conectado de puro churro a la Red de Redes, me encuentro con un hermoso texto que Paco Henares escribió con motivo de la despedida a un ser querido, el cual no tiene nada que ver conmigo o con mi familia. Lo único curioso es que Paco Henares está casado con una prima de mi abuela materna, quien a decir verdad me provoca la desazón a la que antes me refería casi todos los días, pero especialmente aquellos que coinciden con cada aniversario. Mierda de recuerdos.

Es una gozada leer el texto entero pero, sobre todo, descubrir que, aun muertos, convertidos en un montón de huesos, polvo o cenizas -según gustos-, no somos otra cosa más que polvo enamorado. Dice así:

La gente que sufre, pero ama, siempre tiene compañía. La perdición es no tener compañía. [...] La muerte es no tener compañía. Pero la vida es lo contrario. El amor es más fuerte que la muerte. Porque los huesos serán polvo un día, es verdad, mas polvo enamorado.

Y por eso, porque seguimos irremediablemente enamorados, porque amamos a quienes ya no están corporalmente haciéndonos compañía y porque el amor no se puede olvidar, el tiempo no cura nada.

4 guarrindongos tienen algo que decir:

Tienes razón... el tiempo pasa pero si la intensidad de la relación, del amor... no lo cura, simplemente lo disimula, pero siempre hay algo, una fecha como en tu caso, que te lo trae con dolor.
Ese polvo enamorado, bella teoría.

Un abrazo.

20 de junio de 2010, 22:43  

Por fin reapareces. Las personas a las que amamos no se olvidan nunca, al menos yo no he olvidado a ninguna de las que quise de verdad, en cierta manera, siguen vivos en nuestra memoria, no hay día que no recuerde a cualquier familiar o amigo que ya no está entre nosotros. Un besote.

21 de junio de 2010, 0:32  

Entré sin pedir permiso, de puntillas y sin hacer ruido...
Sólo quería decirte que nunca olvidamos a los seres que hemos amado, pudemos aceptar su marcha, pero nunca OLVIDAR.

Un saludo

21 de junio de 2010, 17:02  

Creo que el día que olvidas es cuando realmente ha muerto.


Me alegro de tu vuelta. Saludos

21 de junio de 2010, 18:10  

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