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A veces pienso -y más en este tiempo de fiestas que se nos van aproximando poco a poco, nos gusten o no-, fíjense ustedes en lo que pierdo el tiempo, en la misteriosa relación que guardan los trajes de vestir y las fiestas navideñas. No podemos negar haber visto miles y miles de personas en Nochebuena y más en Nochevieja vestidos con pantalones de vestir, camisa, corbata y chaqueta y, por supuesto, elegantes zapatos para la ocasión.

Ignoro si son alquilados, prestados, dados en usufructo por algún familiar o amigo para su uso y disfrute durante ese par de noches o si son de la exclusiva propiedad de quienes se los calzan. Pero el caso es que pocos son los que salen sin su traje a la calle. Como mi vecino, por ejemplo, que cada año se pone el mismo traje: pantalones y chaqueta negros y camisa y corbata rojas, o sea, como si se creyera uno de Los Chunguitos. Y, además, sin cerrarse el botón del cuello, con zapatos bastos que no son de vestir, ... O sea, que en lugar de la elegancia este pobre roza el payasismo. Porque cuando uno no sabe utilizar correctamente una cosa y se empeña en usarla y, ni solo en eso, sino en pasearse con ella por la calle y darse ínfulas de distinción, saber estar, estilo, atildamiento y galanura, se expone a ir haciendo el payaso.

Y debo decir, como propietario que soy de cuatro trajes -costeados con mi dinero y por tanto muy apreciados por mí-, que ponerse un traje en Nochebuena o Nochevieja me parece una soberana estupidez; con perdón para todos aquellos que gustan de ponérselos. No sé si seré yo, que me gusta llevar la contraria a la masa o que me congratulo sabiéndome diferente al resto, pero nunca jamás me pondría un traje para salir de fiesta a beber por ahí. Si ya la ropa normal y corriente llega a casa, a la hora de recogerse después de haber estado cualquier noche de juerga, con un pestazo a perro muerto imposible de soportar y ocasionalmente con manchas misteriosas que no se sabe de dónde han salido, imagínense cómo llega un traje.

Un traje, una corbata, unos zapatos de vestir, etc., son prendas muy delicadas como para someterlas a tamaño maltrato de manchas, olores, bebidas que se caen encima, vasos que se estrellan contra el suelo y te ensucian media pernera, quemaduras de cigarrillos, etc. Y, luego, claro, hay que llevar el traje a la lavandería para que le quiten ese olor y uno se lo pueda volver a poner sin que parezca que vive en Valdemingómez o en un barril como el Chavo del 8. Si se diera el caso de alguna quemadura, habría que tirarlo a la basura ya que los parches no le van mucho a los trajes. Por otro lado, pretender quitar una mancha de una corbata es una labor muy difícil, hay que frotar como un condenado a Galeras, siempre que se quiera quitar sin dejar rastro de ella y sin que queden rodeles sobre su superficie.

Yo considero que cualquier persona puede ponerse un traje cuando le de la gana. Eso es, cuando le de la gana, no cuando la masa obligue. Yo mismo me los pongo cuando me place porque me place; y no hay más que hablar. Ya puede hundirse el mundo o unirse en contubernio contra mí, que yo me pongo lo que quiero. Es necio pensar que solo se pueden vestir los trajes para bodas, bautizos, comuniones y Nocheviejas, creencia no por absurda menos extendida; nos los podemos poner, siempre que nos sintamos a gusto con él, que nos veamos fermosos y que nos apetezca, hasta para ir a dar un simple paseo. Vamos, cuando así lo dispongan nuestros consejeros delegados, sin ir más lejos.

Por eso mismo, en el caso de que estas Nochebuena y Nochevieja me apetezca salir por Madrid con algunos de ustedes, me temo que no iré con traje. Volveré a ser la excepción que marca la regla para no perder las buenas costumbres. Porque pienso que un local de copas sí que no es el lugar adecuado para ir de esa guisa, porque no pinto nada con un traje en un lugar a oscuras donde apenas se ve nada y donde el riesgo de manchas crece exponencialmente según pasan las horas de la noche. Por mucha Nochevieja que sea mis trajes se tomarán las uvas en el armario.

18 guarrindongos tienen algo que decir:

Pues qué quieres q te diga; una de mis ilusiones en la vida es ponerme un peaso traje de noche, largo y todo glamouroso, una año para recibir el año nuevo. Me parece q nunca lo conseguiré, porq pa estar en casa de la familia política, con la peña medio perjudicada y apestando el comedor a gamba a la plancha y tabacorro, como q no.
Ainssssssssssssss.....
Pues eso, un besico.

20 de diciembre de 2009, 15:32  

SARA

Eso es lo que me pasa a mí, que para acabar apestando a todo, con una zorrera a tabaco que para qué, rodeado de borrachos por todos lados, pues la verdad me visto como siempre y asunto arreglado. Y si algo se ensucia, a la lavadora y sale la mar de limpito. Y al día siguiente, una vez duchado, si quiero me pongo el traje y me pego un paseo por donde quiera, que ya es diferente. Besos¡

20 de diciembre de 2009, 16:23  

Tu estás guapo de todas las formas posibles. Que más da, traje o vaquero.
Lo importante es que seas feliz, y sé que lo eres pillin....

Besos navideños con o sin preocupaciones varias

20 de diciembre de 2009, 17:26  

Pues tienes mucha razón, a mi me dan fatigas las ropas con ese olor a tabaco concentrado, y las manchas no faltan entre tantos, así que lo mejor es ir con ropas que se puedan meter en la lavadora, las tintorerías no están para ir cada día. Espero que lo pases bien, aunque yo esas noches prefiero quedarme en casita, pero no ahora, de siempre, me parece demasiado escándalo en la calle, odio los petardos, y no se ven taxis, así que me quedo tranquilita esperando a ver si sale Raphael en la tele, je, je. Esto último es broma. Besitos.

20 de diciembre de 2009, 18:15  

Lo mejor de todo es que cada uno vista como quiera, aunque hay que aceptar que según qué ocasión hay que vestirse de una manera o de otra.
Está claro que para ir a una fiesta en un antro de Vallecas ( bueno antros los hay en todos sitios) no te vas a poner un traje, al igual que para ir a tomar café al Ritz no vas a ir en chándal.

Todo depende de dónde se vaya. Como esta nochebuena cenamos en casa de mi cuñado iré en vaqueros y de la que volvamos a casa nos tomaremos una copa en algún pub del barrio, así puedo ir en vaqueros y tomarme los copas que quiera porque ya estaré cerca de casa, un saludo.

20 de diciembre de 2009, 18:29  

Lo mejor la comodidad y ser tú mismo, si te sientes mas cómodo en vaqueros, pues hala cada uno a su aire que seguro que ligarás lo mismo lleves lo que lleves.
Besinos y celébralo en buena compañia.

20 de diciembre de 2009, 21:31  

SILENCIOS.

Si me conocieras en personas no dirías lo que has escrito, jajaja. Pero bueno, gracias por el piropo.
¿Soy feliz? Supongo que sí, aunque hay muchas cosas que me generan dolor, preocupación, quebraderos de cabeza y que me hacen sufrir. Pero como a todo el mundo. Besos navideños para tí también¡

20 de diciembre de 2009, 23:25  

PEPI.

Por eso, porque no tengo dinero para estar todo el día de abonado en la lavandería, no estoy dispuesto a arriesgarme a manchar un traje porque hayamos cambiado de año. Pues vale, pues muy bien, lo recibiré en vaqueros y punto pelota, jaja.
Por otro lado, no sé si saldré. Esos días me pongo de un tonto que no puedo con mi alma y prefiero no salir, acostarme pronto y evitar ponerme tontorrón. Pero no sé si saldré, desde luego si lo hago será a Madrid, a hacer algo diferente de lo que he hecho todos los años.
Yo creo que Raphael, hablado de todo un poco, es el mejor "destrozacanciones" que ha existido nunca, jajjaja, no soporto sus interpretaciones.
Un beso fuerte¡

20 de diciembre de 2009, 23:29  

DAVID y FABIA

Efectivamente, hay actos, circunstancias, ocasiones, etc., que requieren una vestimenta especial. Pero no creo que sea el caso de la Nochevieja, que todos se visten de gala no termino de entender el porqué.
El caso es ser uno mismo, ir a pasárselo bien, disfrutar y hacer disfrutar a los demás y qué más da la ropa que se lleve.
Lo de ligar lo veo sinceramente mucho más complicado, jajajja.
Abrazos¡

20 de diciembre de 2009, 23:31  

Bueno, cada uno y cada una que vaya como quiera y se sienta a gusto.
¡Yo lo veo así!

Besos, remajo.

20 de diciembre de 2009, 23:55  

EME.

Pues sí, total libertad para ir como se quiera, eso es lo que he intentado plasmar en el escrito. El caso es no dejar de ser nosotros mismos, independientemente del envoltorio con que nos cubramos¡
Besos¡

21 de diciembre de 2009, 0:27  

Lo importante es que tu seas feliz y te encuentres comodo, lo demas es secundario.

Besitos de papaya!!!

21 de diciembre de 2009, 6:35  

Pues di que si juanito, que no merece la pena que te ensucien tu estupendo traje y te lo dejen echo una mierda entre el tabaco y los borrachitos, yo me pondre algo para partir el año y luego los vaqueros para ir a la fiesta del pueblo y ya que me gustaria un rato pasarlo contigo, a ver si el proximo, un abrazo,

21 de diciembre de 2009, 16:13  

Ahí te he visto práctico, si señor. Nunca había reflexionado sobre este tema, pero supongo que tienes razón. Yo como en Nochevieja soy más de encerrarme en alguna casa rural con los amigotes no tengo ese problema, jeje

Bueno compi, pásalo bien estas navidades y disfruta, y cuidadin con el turrón duro, que luego los dentistas se forran con nosotros, jajaja


Un abrazote

21 de diciembre de 2009, 20:25  

DEDICATORIAS.

Por supuesto, eso es lo importante, desde luego. Espero que tú también seas feliz y lo pases chachi piruli, jajja.
Saludos¡

21 de diciembre de 2009, 21:03  

AMELIA

Por supuesto, vete a la fiesta del pueblo, pásatelo estupendamente, que de año solo se cambia una vez al año, jaja. Disfrútalo y eso que te llevas.
Ayyy, a mí también me gustaría conoceros y pasar unos días en las Islas con ustedes. En fin, a ver cuando puede ser, todo es proponérselo (y tener dinero, jajajaj).
Besos.

21 de diciembre de 2009, 21:05  

SINUHÉ

En efecto, hay que ser prácticos. Yo, sin embargo, en Nochevieja soy de quedarme en mi casa, siempre he hecho lo mismo. pero quizá este año, por ser diferente y haber hecho ciertos cambios en mi vida, también cambie esa costumbre y me vaya por ahí a dar una vuelta. Que ya estoy cansado de siempre lo mismo.
Pero eso sí, sin trajes y sin turrones duros. Yo soy más de mantecados, hojaldres rellenos de todo tipo de cosas, frutas de Aragón, pralinés, etc., y, por supuesto, polvorones, jajajajaja.
Un abrazo fuerte¡¡¡¡

21 de diciembre de 2009, 21:07  

Un compa de estudios era firme partidario de "vivir en pijama y dormir en pelotas"

Ahora se habla como algo muy fino del movimiento Slow

23 de diciembre de 2009, 16:16  

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